En 1933, se inició la construcción de la primera marca portuguesa de zapatillas en São João da Madeira, en la Companhia Industrial de Chapelaria. En honor a la ciudad que le dio origen, recibe el nombre de Sanjo, siendo fundada en 1936. Nuestra historia comienza allí, en el centro de la industria portuguesa. Fabricados íntegramente en Portugal, a finales de los años 40 y 50 ya eran un fenómeno y se encontraban en los pies de todos los portugueses.
Capítulo II
Design Portugués
No fue hasta 1944 que finalmente se construyó la fábrica de Sanjo, que se hizo autónoma y permitió una producción de calzado más seria y dedicada. Estamos en la era del Estado Novo, con leyes que impiden la importación, el folclore y el arte popular se convirtieron en la base del programa publicitario, celebrando la singularidad de la expresión artística y cultural de Portugal, que se extendió a la identidad visual y el diseño. Vivimos en la edad de oro de Sanjo, se convirtieron en el calzado oficial de un país, una marca que dio forma a la identidad y el diseño portugueses.
Capítulo III
Edad de oro
En los años 50, 60 y 70, Sanjo se volvió indispensable en el mundo del deporte: pudimos encontrar las zapatillas a lo largo de toda la historia de la fotografía deportiva en Portugal. A pesar de su especial vínculo con el equipo de su ciudad natal, la Sanjoanense de fútbol, fue una marca presente en muchos otros equipos deportivos. Con toda la inspiración y el crecimiento exponencial de su industria en Portugal, continuaron creciendo y adaptándose, convirtiéndose en la marca de calzado deportivo líder en Portugal.
Capítulo IV
Pérdida de identidad
Con el final del régimen en 1974, se abrieron los mercados portugueses y se empezaron a levantar las barreras a la importación. Los efectos de la competición empiezan a ser visibles: a pesar de intentar cambiar su diseño y adaptarse, buscando campos distintos al deportivo, Sanjo no puede competir con el auge de las marcas deportivas internacionales. Companhia Industrial de Chapelaria cerró sus puertas en 1996, junto con Sanjo y la triste pérdida del molde del zapato.
Capítulo V
Una nueva vida
En 1997, se compra la marca y, bajo una nueva administración, comienza su segunda vida. Se hizo mucho trabajo de investigación, profundizando en los archivos, recolectando zapatos viejos e imágenes y fotografías antiguas para obtener el material necesario para reproducir el molde perdido de Sanjo. En 2010 Sanjo vuelve al mercado con los dos modelos más familiares del portugués, el K100 y el K200. La imposibilidad de producir suelas vulcanizadas en Portugal hizo que la marca empezara a poner rumbo a China, era un paso necesario para mantener las zapatillas lo más parecidas posible a lo que eran antes, en su época dorada, con la suela vulcanizada y la parte superior de lona. Asegurada por un revival muy portugués, la marca comienza a emerger nuevamente en la memoria de los portugueses.
Capítulo VI
New Old Brand
En 2019, Sanjo es adquirida por un grupo empresarial de Braga. Con un nuevo equipo joven y dinámico, la atención se centró en traer a Sanjo de vuelta a casa. Comienza el proceso de tener una producción íntegramente portuguesa y, trabajando con una fábrica en Felgueiras, Sanjo vuelve a ser made in Portugal. Se perdió la suela vulcanizada, introduciendo una suela encolada con mayor conciencia medioambiental, manteniendo la típica goma y lona tan llamativa de Sanjo, que siguió generaciones. Es a este trabajo generacional que pretendemos seguir construyendo más que una simple zapatilla, construyendo un legado. Sanjo no volvió solo, volvió y volvió con ganas de crecer, evolucionar y seguir escribiendo una historia a los pies de los portugueses.